Nacida en La Habana, Cuba (1932), Vilma siempre soñó con ser arquitecta. Con un espíritu libre e intrépido estudió arquitectura en la Universidad de la Habana y una maestría en Arquitectura del Paisaje en Harvard Graduate School of Design.
Estando en Massachusetts, tuvo la oportunidad de trabajar con los arquitectos Hideo Sasaki, Josep Lluís Sert y Walter Gropius. Al llegar Fidel Castro al poder político, en 1961 se muda a Puerto Rico y durante su primera década en la isla trabaja en la Junta de Planificación revisando proyectos residenciales y turísticos. En 1972, comienza su práctica privada como Vilma Blanco, M.L.A. Arquitecto Paisajista. Ya en los años 90, establece O.L.A., Office of Landscape Architecture.
Durante su carrera trabajó en una amplia gama de proyectos públicos y privados de diseño paisajista que incluyen: campus universitarios, proyectos hoteleros e industriales, parques recreativos, complejos de oficinas, centros comerciales y vivienda. Su primer gran proyecto como arquitecta paisajista fue el Hipódromo El Comandante. En el proyecto trabajó los lagos de retención y limpieza del agua, obteniendo popularidad para sus próximas obras. También destacan Metro Office Park, el Colegio San Ignacio, el Conservatorio de Música de Puerto Rico, el Parque Punto Verde que impactó a las comunidades de Nemesio Canales y el Caño Martín Peña, el plan de reforestación de Casa Blanca, el sistema de manejo pluvial de Urban Hub BPPR, el Assembly Hall, proyecto de la Fundación del Banco Popular de Puerto Rico y el Hotel Malliouhana en la isla de Anguila.
La Arq. Psj. Vilma Pérez Blanco ganó el Premio URBE en el 2008 por su diseño para el Parque Punto Verde en San Juan y, además, en 2009 fue nominada para el Premio Cooper-Hewitt’s Lifetime Achievement Award. Además, fue profesora de arquitectura paisajista en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Puerto Rico.
La Arq. Psj. Vilma Pérez Blanco falleció el pasado miércoles, 31 de marzo de 2021 a las 12:24 p.m. En entrevista con 90 Grados, en la terraza de su hogar en el Viejo San Juan quedó claro que para ella el tiempo no existe y que ella será eterna como su obra.