Entras a un salón lleno de gente. De momento, ves unos ojos que te miran. Mantienen contacto visual por un segundo que parece una eternidad. Una conexión inexplicable se ha formado y sólo quieres acercarte. La Hug Chair de Gabriella Asztalos crea ese espacio íntimo para dos en donde se puede hacer desaparecer el entorno y sólo enfocarse en el otro. A cada lado puede sentarse una persona de frente a la otra en un pequeño nido de privacidad con su forma circular y cualidad acústica. Este no es solo un mueble para sentarse, es una pieza de arte que define un espacio.