Cada uno de nosotros tenemos en nuestro registro mental una o varias palabras que nos encantan, ya sea por sus significados, por sus sonidos al pronunciarlas o por lo que evocan. Personalmente, serendipia es un término que me hechiza, precisamente, porque puede traducirse en magia; algo en lo que creo firmemente. Esa especie de acontecimiento que ocurre sin tan siquiera atisbar su llegada y que se convierte en una vuelta de tuerca es, indudablemente, un hecho místico.
Así, en la tarea escritural se topa una con personas que jamás pensó entrevistar, mas un acierto de la vida dispone ese encuentro. De este modo me sucedió con la escritora mexicana Ana Coello, quien visitaba la Isla recientemente para presentar su novela Vidas cruzadas: Dos mundos, un destino.
«De eso se trata la vida. Yo creo que no existen las casualidades sino las causalidades», sostuvo Ana, quien agregó que aun cuando no se entienda en el momento del suceso, se logra comprender luego su motivo. En relación a su texto es un accidente el evento que detona las decisiones de los personajes.

Lo que me ocurrió con Ana fue una urgencia especial de conocer su proceso creativo, su manera de verse como escritora, su acercamiento a los lectores. Y no es que la novela pasara a segundo plano sino, por el contrario, fue ésta la que provocó la apremiante idea de saber de la autora.
«Cuando me viene una historia lo que hago es buscar canciones que me refieran a la misma», dijo. «Cuando estoy escribiendo empiezo a repasar el playlist varias veces hasta que queda instaurado. (…) No sé leer sin música , no sé estar sin música, crecí con música. Todo lo adorno con música», afirmó y añadió que su búsqueda mediante la escritura es divertir.
Por su parte, Ana, cuyo auge literario llegó a través de una plataforma digital, comentó el apoyo que han sido las redes sociales en su carrera. Y aunque cree en el balance entre la exposición en las mismas y la reserva, considera que la difusión digital permite una cercanía entre ella y sus lectores que disfruta mucho. Por ejemplo, relató que ha recibido mensajes acerca de la novela mencionada de personas que le han comentado que gracias a sus letras se han dado cuenta que «yo sí puedo». Pero incluso reconociendo esta correspondencia con los lectores aseguró que: «No puedo creerme tan soberbia para pensar que estoy capacitada para enseñar cosas a los demás».
Sin duda, es una gran responsabilidad la de los escritores, no únicamente con los demás sino consigo mismos. «Puedes tener muchísima musa, pero si no tienes una disciplina para sentarte (a escribir) se va a quedar en la cabeza», expresó para confirmar que ella es un «caos organizado», en el cual posee un sinnúmero de libretas donde hace los apuntes para sus historias.

Acerca de un posible desgaste creativo, la artista — que escribe un libro cada año o cada año y medio — recordó una ocasión en la que padeció de la llamada “hoja en blanco”. Sin embargo, luego se dio cuenta que, sencillamente, no estaba preparada para esa narración. «Soy muy rutinaria, de muchos hábitos y de constancia. Si no tengo ganas de escribir tal historia simplemente sigo con otra. He generado el hábito de hacer algo con mis escritos todos los días», mencionó.
Por otro lado, Ana, quien gusta de los textos que contengan una chispa paranormal o de fantasía y que actualmente es voraz lectora de la literatura romántica contemporánea, manifestó siempre haber defendido que no todas las historias tienen que situarse fuera de donde el autor o la autora residen. «Esa parte en la que puedo hablar de mi país, las costumbres y también mostrar que hay situaciones no gratas me parece que tiene que ver conmigo misma. Me voy a explicar mejor, me voy a sentir más a gusto y hacer más verídico y fidedigno lo que hago», puntualizó. En su prolífica obra, sólo dos han ocurrido fuera de México.
Finalmente, la autora habló sobre la portada de Vidas cruzadas: Dos mundos, un destino en la que tuvo total decisión. La cubierta del libro con sogas entrecruzadas en variados tonos sigue la línea de pensamiento de Ana en la que en todo momento busca lo conceptual, lo que deje a la imaginación.
Sin duda, Isabella y Sebastián, protagonistas de la novela, han tenido, gracias a la mano de su autora, un ¿afortunado? imprevisto.
Vidas cruzadas: Dos mundos, un destino está disponible en Casa Norberto Libros & Cafébar.
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Autora: Ana Coello
Título: Vidas cruzadas: Dos mundos, un destino Publicado por Nova Casa Editorial
2018
364 páginas