El reconocido diseñador puertorriqueño, Nono Maldonado, presenta en la Escuela de Arte y Diseño en la Universidad Ana G. Méndez en Gurabo la exhibición sobre su trayectoria El orden de las formas. Compuesto por 52 piezas de moda escogidas entre más de cien que facilitaron sus amistades y clientes, Maldonado nos da un recorrido, no tan solo de su talento a la hora de crear, pero también de su psiquis. Él mismo nos confiesa que a falta de un diario personal de su vida, guardaba todo lo que podía.
Al percatarse Cristiano Carciani, pasado director de la Escuela de Arte y Diseño del Sistema Ana G. Mendez, de la cantidad de memorabilia, materiales y piezas que Nono ha logrado almacenar a través de los años, le surgió la idea de hacer una retrospectiva cubriendo su carrera. Esta exhibición se completa con una beca estudiantil para la mencionada escuela. Para Nono «esta colectiva no solo refleja mi trabajo, pero espero ayude a los que comienzan en este mundo, que les sirva de inspiración y de contestación a sus preguntas. Estamos levantando donativos para ese legado».
Precisamente, la exhibición representa el legado más íntimo de Maldonado, desde sus inicios hasta su ahora, sin perder en ningún momento su visión del significado de elegancia o sin que nada parezca pasado de moda. Esto se logra, según él, siguiendo la intuición: «La estética se lleva en el subconsciente. Es una intuición espontánea dentro del conocimiento del proceso que lleva el diseñador. Hay un hilo, una secuencia de pensamiento. Eso a través de los años se refleja. También es importante reflejar el tiempo particular de lo que diseñes, pero a su vez, se debe crear una pieza que trascienda. Ese es mi sello que puede pasar de generación en generación».
El reto es traducirlo a las exigencias de sus clientas, pero Nono sabe perfectamente a quién viste, para qué viste y por qué viste. Nos explica: «A la hora de diseñar para una clienta, hay que tomar en consideración su carácter, su figura y su estilo de vida, pero siempre idealizándola para que esa persona se sienta maravillosa dentro de lo que uno como diseñador crea para ella. Tiene que haber fantasía y hasta un tipo de locura para que el diseño sea exitoso».
Parte de la exhibición incluye su trabajo como diseñador de espacios y ambientación, tales como muebles. Para Maldonado es prácticamente lo mismo ya que trabaja con patrones, colores y formas: «Es una continuación con mucho sentido porque sigues trabajando con el mismo medio. Es un montaje con concepto de belleza. De mi moda a mi diseño de espacio continua la atemporalidad, lo clásico, la influencia modernista art déco y el color, que por lo general son neutros. El sello continúa y trasciende».
Al final le preguntamos si piensa que le falta algo por hacer y responde: «Me queda mucho por hacer. Me gustaría diseñar un zapato de mujer». El camino que recorre Nono Maldonado siempre continúa.