La plástica escénica de Israel Franco-Müller y la mente intensa que la crea

/

Su entrada — inmediatamente — muestra una gran facilidad en confirmar su presencia. Nada en él parece tener algún inconveniente en hablar o moverse libre. Luego supe — casi al final — que su mente había desmenuzado el espacio donde nos encontrábamos para decidir — para sí — qué convendría al diseño del lugar, qué punto focal había. De modo que no creo que su cabeza descanse alguna vez del oficio del arte. 

Reconoce su efusividad. No dudo que esa intensidad en el ánimo sea parte esencial del reconocimiento de su ejercicio de ser “obrero del arte”. Su diseño escénico — que lleva al teatro, al cine, a los conciertos, a los vídeos musicales — es un compilatorio de todos los elementos vitales en escena, sin repetirse alguna vez. Hay mucho de intuición y otro tanto de experiencia en su creación estética que ha mirado hacia la concepción europea del diseño. Lo orgánico — entendido como las formas, la materia, en las que se manifiesta la naturaleza — cobra total relevancia en sus elaboraciones.

El santo inquérito, de Alfredo Días Gomes. Iluminación Israel Franco-Müller. Foto suministrada

Entre una marcada simbología que traspasa su plano mental hasta verse reflejada en la composición escénica y una alta conciencia sobre el ser espiritual, Israel Franco-Müller crea el “buen karma” a sus proyectos. En este momento puede afirmar — sin duda — que lo ha logrado. Actor, gran conocedor del diseño y la técnica teatral, profesor, reconocido internacionalmente, uno de sus anhelos: ser parte del monumental Festival de Bregenz, en Austria, que se produce sobre el escenario flotante en un lago. Ganador Mejor diseño de escenografía, Premios ATI 2017; Ganador Mejor vestuario, Premios ATI 2018; Ganador del Outstanding Production Designer, Premios HOLA 2018; Ganador Mejor vestuario y Mejor escenografía, Premios ATI 2019, productores y directores buscan su pericia para las piezas que montan.

La piedra oscura, de Alberto Conejero. Escenografía e iluminación Israel Franco-Müller. Foto suministrada

Así, en la plástica escénica que promueve su trabajo todo está previsto y estudiado: desde la escenografía, la iluminación, el vestuario. Sabe que el buen diseño enlaza con una “alta estética” que no se refiere necesariamente a lo considerado “muy bello” sino a la coherencia del espacio, a un nivel óptimo en la funcionalidad y la sofisticación — entendida esta última como un nivel supremo de eficaz complejidad. Por su parte, la dramaturgia lumínica encuentra en su visión a un gran aliado. Como cualquier personaje, la luz crea una potente memoria en los espectadores y se manifiesta como reveladora de otros secretos.

Israel Franco-Müller. Foto suministrada

La actividad artística en Puerto Rico ha sido como un centro de mando desde el cual moverse también a grandes proyectos en España y Nueva York, entre otros. Esa ciudad lo espera próximamente para la ejecución de un extraordinario proyecto. Él es ya un método propio — científico, lúcido, natural.

Israel — al igual que la voracidad con la que adquiere libros y libros (su debilidad) — no se detiene en el hambre por crear. «Mi espacio es mi mente», dijo. Y le creemos.

Acceda a: www.israelfrancomuller.com

 

Imagen de portada: A veces pienso mañana, de Colectivo La Bicicleta. Escenografía e iluminación Israel Franco-Müller. Foto suministrada

Historia Anterior

San Juan Bridal Week se destacó por su desfile de novias de diseñadores locales

Próxima Historia

Orquesta Sinfónica ofrece concierto educativo a estudiantes de escuelas públicas

Recientes de Diseño