El sol hace Patria o el homenaje a las manos que trabajan: Casa Pueblo y nuestra marcada identidad

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Iba en el carro. El acondicionador de aire se había estropeado. Con las ventanas a medio bajar y el calor sofocante que anunciaba una llovizna, pensé con un atisbo de sonrisa cómo sería vivir en un país donde la intensidad del sol fuera reemplazada por claras estaciones invernales. Enseguida, descarté la opción de irme en sueños a algún país nórdico; si algo disfruto en esta vida, es visitar las playas de mi (nuestra) isla cuando el cielo amanece abierto a la posibilidad de hacerme descansar sobre la arena. Y yo, esotérica y mística, orbito danzante con y hacia esa poderosa energía natural que me estimula a manifestar un gran día siempre que observo los rayos brillantes asomarse en la plenitud del horizonte.

Pero no hay que manejarse — necesariamente — en las ciencias ocultas sino en las ciencias ambientales para reconocer el señorío del sol, la magnanimidad de la naturaleza en poner sus recursos para el bien nuestro. Hay un sinnúmero de iniciativas y proyectos que conocen la benevolencia de las entidades naturales para ofrecerle al ser humano la oportunidad de existir en un orden simbiótico, en el que las personas mantendremos la responsabilidad de la preservación y la protección del medio ambiente mientras somos beneficiados por la capacidad de sustentabilidad, por ejemplo.

Así, Casa Pueblo, ubicada en la zona montañosa de Puerto Rico en la región occidental de la Cordillera Central, convive desde hace décadas junto a un compromiso incansable de autogestión en pro de la tierra y la cultura, incentivando la economía y el bienestar colectivo, gracias a miembros fundadores como Tinti Deyá Díaz y el ingeniero Alexis Massol González y un gran equipo de colaboradores. Con diversos proyectos como el Bosque Modelo Nacional de Puerto Rico, Radio Casa Pueblo y el Café Madre Isla, por mencionar unos pocos, este adjunteño centro comunitario se energiza a través del sol y propone que toda la nación se beneficie de esta energía renovable. Se han distribuido más de 14 mil lámparas solares en diferentes municipios y, ocurrido el huracán María en 2017, ha energizado casas con sistema base solar.

«Somos consecuentes porque insistimos en que tenemos que tomar control de nuestro destino en todas las partes de la sociedad», sostuvo el catedrático y director asociado de Casa Pueblo, Dr. Arturo Massol Deyá, quien manifestó que asimismo se está atendiendo el problema energético, incluso entregando neveras de alta eficiencia que funcionan con la energía del sol para mantener la seguridad alimentaria, y energizando la primera barbería solar.

Interior del Cine Solar en Casa Pueblo. Foto suministrada.

Igualmente, Casa Pueblo, consciente de la necesidad de esparcimiento que requieren las personas en medio de la crisis, inauguró recientemente el Cine Solar, el primero en la Isla. De acuerdo a uno de los gestores de esta iniciativa, Rhett Lee García, el cine, que cuenta con 71 butacas, un sistema de sonido dolby 7.1, pantalla grande de alta definición y acondicionador de aire de bajo consumo, trabaja mediante una microred fotovoltaica. Dicho cine, libre de costo para los visitantes, propone que los adjunteños y los ciudadanos de pueblos limítrofes no tengan que salir del área para buscar entretenimiento, según mencionó García. «Este cine no debe envidiarle nada a cualquier otro cine en Puerto Rico. Estamos a la vanguardia y más allá», comentó el también documentalista que agregó que la Asociación de Documentalistas de Puerto Rico tendrá una colaboración directa con el Cine Solar. Tal es la magnitud de este proyecto que se prevé el desarrollo de una escuela de cine, en la que los jóvenes adjunteños puedan ser educados y adiestrados en esta materia, y sus cortometrajes aparezcan antes de la proyección de cada película.

Por su parte, el cineasta Alejandro Wolfe, otro de los gestores y quien se encarga principalmente, entre otras labores, de la programación del Cine Solar, reafirmó la importancia de suplir al público de la montaña con películas puertorriqueñas y latinoamericanas. Además, apuntó que los asistentes tienen una oportunidad que no se da frecuentemente en el cine comercial y es poder mantener un diálogo con los cineastas boricuas. De este modo, se realizan conversatorios a partir de las presentaciones que se llevan a cabo. En cuanto a la curaduría de la programación, Wolfe declaró que se trata de un proceso muy orgánico y democrático que incluye las opiniones y las sugerencias de los miembros del equipo, los amigos y los visitantes de Casa Pueblo.

El artista Antonio Martorell pinta las paredes del Cine Solar de Casa Pueblo con el mural «Caras». Foto suministrada.

Mientras, en el discurso inaugural que ofreció el artista plástico Antonio Martorell, el 29 de abril, quien creó una obra que rodea literalmente el espacio, lo embellece y se complementa a la perfección con la gesta de Casa Pueblo, expresó: «Titulo estos murales Caras, porque ellas, las caras, son las protagonistas de este espacio en Cine Solar: las caras del pueblo en Casa Pueblo. Caras de cariño, de afecto no contabilizable, caras, carísimas, sin estar a la venta y mucho menos en baratillo como gran parte de la isla».

El artista Antonio Martorell pinta las paredes del Cine Solar de Casa Pueblo con el mural «Caras». Foto suministrada.

Ay, ¡cuánta gente haciendo la Patria que nuestros antecesores lucharon! Gracias, Casa Pueblo, por ser parte esencial de nuestra marca identitaria.

Para conocer más acerca de Casa Pueblo, sus proyectos y la cartelera del Cine Solar, acceda a casapueblo.org. El discurso inaugural completo del artista Martorell está disponible en el enlace de Cine Solar en la página antes mencionada.

www.casapueblo.org

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