Los diseños inclusivos merecen ser resaltados y seguidos como ejemplos de lo que una sociedad debe alcanzar. Claro está; es una cuestión de derechos humanos y también de dignidad. Cada espacio debe ser de fácil acceso para todas las personas, sin ninguna distinción. Así, los seres que conviven con alguna limitación de su actividad física o una condición asociada a la salud mental tienen igualmente la oportunidad de entrar y moverse sin barreras en los distintos lugares.
Recientemente, el Colegio de Diseñadores y Decoradores de Puerto Rico colaboró con CASAS a través de un empeño colectivo junto a instituciones universitarias: la Escuela Internacional de Diseño de la Universidad Ana G. Méndez, ArqPoli de la Universidad Politécnica de Puerto Rico y San Juan School of Design de EDP University of Puerto Rico. Gracias al Certamen Diseño Universal para la Diversidad Funcional, llevado a cabo en el Museo de Arte y Diseño de Miramar (MADMi), se gestionaron varios diseños para espacios residenciales aptos para personas con diferentes tipos de discapacidad. Arlette Gibbs Arias y Jessica Green Sisneros, de EDP University, resultaron ganadoras.

Claramente, este proyecto — realizado en alianza — promueve la visibilización y la justicia social. La seguridad, la comodidad y la eficiencia son valores que deben contener todas las casas, sin excepción.


