La belleza enciende a Nataniel Fúster. Amante de la música clásica y las cosas bien hechas, este reconocido arquitecto puertorriqueño odia la mediocridad. Su sensibilidad se palpa en cada una de sus obras. 90 Grados conversó con él en su primera serie de entrevistas, A través del espejo.

¿Cuándo supiste que querías dedicarte a esta carrera? Desde pequeño tenía una idea pero no vine a decidirme hasta mi cuarto año de escuela superior.
¿Cómo describirías tu estilo? Hay gente que dice que mis trabajos son claramente identificables. Sin embargo no me interesa seguir o crear ningún estilo. Me interesa explorar las diversas formas de acercarse inteligentemente y poéticamente a un problema. Me interesa mantener una continua exploración de ideas. El estilo, por definición, aniquila esa posibilidad.
¿Qué o quién ha sido tu mayor influencia? Aparte de la de mis padres, profesionalmente hablando, he seguido muy de cerca la obra de Wright, Aalto, Miralles, Niemeyer y Le Corbusier.
¿Cuál dirías es tu mejor habilidad y cómo la has perfeccionado? ¿Cuál piensas que podrías mejorar? Mi mejor habilidad es la de continuamente cuestionarme las cosas, también creo que tengo un talento especial para imaginar espacios y en visualizar las ideas, atravesado de formas tridimensionales. Pero sigo aprendiendo cosas nuevas y procurando mejorar día a día.
¿Con qué materiales disfrutas trabajar más? ¿Con qué materiales disfrutas trabajar menos? ¿Por qué? Prefiero el hormigón y el acero por su versatilidad. Me gustaría trabajar más con la madera.
¿Cómo piensas que la tecnología ha cambiado tu profesión, tu carrera? Enormemente. Hoy en día las computadoras (ordenadores) dominan todo. Esto es bueno y malo. Bueno porque facilitan enormemente el trabajo. Malo porque a menudo acaban interponiéndose a la imaginación que es la herramienta más poderosa con la que cuenta cualquier diseñador.
¿Qué te apasiona además de tu trabajo? Mi familia y la música.
¿Cuál es tu lema personal? No tengo uno.
¿Cuál es tu ley de vida? Tampoco.
¿Tienes alguna limitación al momento de crear? No creo, a menos que esté cruzando una línea ética.
¿Qué te distingue? ¿Cuál es tu elemento diferenciador? Eso que lo digan otros.
¿Cuál es tu sello personal? ¿Cómo te expresas en tus obras? Como mencioné, no me parece relevante el cómo me expreso, sino el contenido y la profundidad del trabajo. Me parece que vivimos en una sociedad obsesionada con los sellos personales ¿y de qué importa tener un sello personal si la obra es llana o banal? Creo que muchas veces esta obsesión con el sello personal tiene que ver más con el ego que con la necesidad de aportar a una sociedad y eso es muy lamentable. Cada vez más escucho sobre esa ambición, particularmente entre estudiantes, y me da mucha tristeza. Persiguiendo un sello personal, el diseñador acaba convirtiéndose en un “experto” en determinado estilo y citando a Wright, “un experto es una persona que ha dejado de pensar”.
¿Qué colega contemporáneo admiras? Peter Zumpthor.
¿Cómo te gustaría impactar el mundo, la sociedad o tu comunidad? Aportando a través de un mejor, más profundo, más sensible y más inteligente trabajo posible.
¿Qué legado te gustaría dejar? Obras con mucha profundidad y de altísima calidad. Obras que inspiren y aporten positivamente a los usuarios y que propongan mejores opciones de diseño para la sociedad en que vivimos.
De todos tus trabajos, ¿cuál es tu obra favorita? ¿Cuál es la que menos te gusta? Esa es una pregunta muy difícil de contestar porque aún en las obras que aparentemente no son tan exitosas se aprende y se adelanta muchísimo.
¿Qué haces cuando te bloqueas creativamente? Cambio de tarea o de escala y/o escucho música, mayormente clásica.
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