Vas por La Cerra, en Santurce. Justo un poco antes de toparte con el famoso chinchorro — mencionado incluso en The New York Times — ves a un grupo de personas frente a su taller de arte. Y frente a éste, la escultura del artista — distinguida por él como street art o arte de calle — también comentada en el artículo del periódico estadounidense. Mientras transcurre la noche, siguen llegando amistades, otras ya se han ido. Es un espacio donde la interacción fluye de manera natural.
De día, un lunes, el área aparece más tranquila, aunque siempre viva. Observas la escultura-instalación a gran escala que a esa hora reposa. Él te saluda. Van al restaurante Graziani a conversar.

Resulta ser que “Estamos bien” es toda una afirmación sociopolítica, desde su proceso de construcción. La montaña rusa — creada por el artista con elementos rescatados, sin computadora y sin diseño previo — acoge a un vehículo rojo que expresa: “Siempre te recordaremos, María”, haciendo clara alusión no únicamente al fenómeno atmosférico que nos azotó en septiembre de 2017 sino a lo que se confirmó luego: están bien solo unos pocos; «no tiene nada que ver con la estética del resto».

De modo que en su tono irónico y mientras la llamada Junta de Control Fiscal se “pasea” en la bienaventuranza, el mecanismo fabricado por Mark Rivera funciona mal a propósito. Así que durante la celebración de Santurce es Ley 7, él se integró a la tarea performática de “arreglar” la pieza cada vez que ésta hacía alarde de su funcionamiento estropeado.
Atraído por el arte (k)cinético, Mark sabe que este año será uno de nuevas invenciones, en las que primará el “movimiento”. La especie de murales — con una estructura similar a la valla publicitaria — propondrán diversos diálogos con variadas manifestaciones sociales, políticas y artísticas, luego de una investigación exhaustiva.
Claro que extraña la música. Exguitarrista de Calle 13 y «obrero toda mi vida», está “pompeado” en hacer arte a tiempo completo. «No quiero hacer nada más que arte, es lo que me apasiona y lo que voy a hacer el resto de mi vida». Le aburre lo que puede resolver fácil. A su mente le gustan los retos.

Te dice que cada quien debe buscar su pasión y que existe bajo el lema de que nada es imposible. Con ganas de exhibir durante este año en y fuera de la isla, te parece muy interesante su fascinación por “the do-nothing machine” con sus mecanismos complicados sin ningún tipo de objetivo. «A veces decir nada — en el mundo del arte — está gufiao también».

“Estamos bien”. Foto suministrada
Según te explica, La Cerra crece gracias al arte y mantiene su sentido de comunidad. Por supuesto que el barrio ha cambiado. Para Mark ese auge artístico es claramente positivo.

Seis de la tarde. La calle sigue relativamente quieta. La maraña de los letreros que hacen el street art dice “sin salida”. Su arte es político (así lo interpretas y lo sientes tú). Aquí cabría una tesis acerca de ese término. Hay que saberlo observar. Te diriges a tu carro. Miras nuevamente la montaña rusa. En tu casa te espera un espejo sin “comillas”.