Cuando vio que el cemento le estaba ganando la batalla a la vegetación, Flora, diosa romana de las flores, los jardines y la primavera, se encarnó en las manos de una virtuosa doncella para hacer eterna su Floralia y celebrar la renovación del ciclo de la vida. Es así como aparecen en medio de la ciudad murales de flores que reavivan el lugar donde moran. Ese es el sello distintivo de 2bleene (Doble-Ene), nombre artístico de Natalia Nicole Rodríguez, autora de estas vigorizantes obras. Sin pensarlo mucho, la joven artista respondió al llamado de las musas entregándose a su propia intuición y a sus manos que, sin palabras, tienen mucho que decir.
¿Cómo comenzaste en el muralismo?
Cuando me gradué de high school en 2012, fui a Santurce es Ley. Vi todos los murales y a la gente pintando y dije, «yo quiero ser como ellos». Los artistas conseguían paredes (para pintar) por invitación pero yo no tenía esas conexiones, así que iba con una amiga a buscar paredes de edificios abandonados y, aunque no lo creas, me metía ahí sola a pintar. Conociendo a personas en la industria me fui posicionando y luego conseguí paredes que no estaban abandonadas. Así fue que empecé, poquito a poco.

¿Estudiaste arte?
Yo empecé freestyle. Cuando niña, mi mamá me llevaba a la Liga de Arte de San Juan. Era un buen hobby y algo bueno que hacer los sábados, pero en ese momento no pensaba que quería ser artista.
Cuando yo era pequeña, mi abuela tenía muchas flores, un jardín precioso con amapolas violetas y hasta azules que nunca había visto en mi vida. Yo creo que en el subconsciente se me quedó (grabada) esa imagen.
Trabajas mucho las flores y la vegetación tropical. ¿Qué conexión personal tienes con esa iconografía?
Me han preguntado mucho eso y hasta el sol de hoy no sé ni cómo contestarlo. Te puedo decir que hay muchos artistas con mensajes tras sus murales y sus piezas, mensajes que quizás nadie entiende. Yo creo que soy de esos artistas que pinta por crear una emoción. Cuando yo era pequeña, mi abuela tenía muchas flores, un jardín precioso con amapolas violetas y hasta azules que nunca había visto en mi vida. Yo creo que en el subconsciente se me quedó (grabada) esa imagen y que de ahí lo saqué. Desde pequeña dibujaba flores, no como las que hago ahora, sino un círculo, unos pétalos y nos fuimos. Pero por ahí lo fui desarrollando más y más.

¿Cómo te has seguido desarrollando hasta trabajar en otros proyectos y eventos?
Yo creo que más que desarrollo es cómo uno se mercadea. Si lo ves como que este es tu trabajo, tu profesión, que es más que solo pintar, ahí es que vienen las oportunidades. Tengo muchas amistades en el mundo de los negocios y me han enseñado a escalar y no quedarme estancada. En cuanto a destrezas, si ves mis primeras flores dirías, «Ew! ¿Qué es eso?». Pero uno aprende y desarrolla nuevas técnicas. Creo que eso es importante para todo artista, no quedarse en el mismo estilo. Es importante evolucionar.
Ahora mismo estoy estudiando diseño gráfico. No quisiera ser solo la muralista. Me gusta integrar la parte profesional creándole las marcas a los negocios y locales. De una manera u otra he logrado incorporar ambas. Me veo siendo un brand completo, que no solo pinta, sino que incluye todo lo que tiene que ver con arte, ya sea edición de video, pintura, fotografía… todo en uno.
Soy de esos artistas que pinta por crear una emoción.
¿Como describes tu brand?
Minimalista pero también bold. Tiene ambas cosas. Si miras mi estilo de diseño gráfico es limpio, bien sencillo, less is more, pero mi arte es más in your face. Yo creo que también me describen como persona. A veces soy bien tímida, bien callada, pero cuando me conoces, soy una explosión de color.

Participaste en el Corona Pro Surf como artista invitada. ¿Cómo fue esa experiencia?
El Corona Pro Surf fue una experiencia completamente distinta. Te ponen en una tarima frente a cientos de personas y pintas. Yo no me atrevo a dar una presentación en la universidad pero en una tarima con pintura y brocha, sí. Fue bien interesante; conocí a muchas personas. Me proveyeron las tablas de surf y tuve que empezar desde cero a raspar toda la cera, pintarlas de blanco, incorporar el sketch a la forma. Es bastante tedioso pero luego se hace todo muy fluido, bien chulo.
En mi segunda participación, el año pasado, se pintaron (las tablas de surf) en varios locales y luego se exhibieron. Fue un road trip a distintos locales de la isla.

¿Cómo es tu proceso de diseño? ¿Cómo planificas un mural o una obra sobre una tabla de surf, por ejemplo?
Primero busco muchas ideas, mucha inspiración, qué está ya en el mercado y si veo algo que me gusta, lo hago a mi estilo, con mi toque. Hago el dibujo en un papel. Yo no uso proyector. Hay mucho muralista que proyecta el diseño de papel en la pared y lo trazan completo. Yo no hago eso, me opongo. Creo que eso lo puede hacer cualquiera. Yo uso un scotch tape azul, le hago una equis a la pared y lo trazo todo a ojo. Es bien difícil y toma más tiempo pero me gusta hacerlo así porque es más personal, como que lo hizo un artista de verdad y no una máquina o computadora. Así lo hago con cualquier pieza. Soy perfeccionista, en fin.
Me habías contado que te gusta escuchar música cuando trabajas. ¿Qué te gusta escuchar?
Me gusta variar, escuchar cosas nuevas, cambiar. Mi playlist es bien vibrante, tiene lírica y es bien tropical. Influye mucho mi trabajo. Sin música no puedo trabajar.
Entonces, ¿tus obras tienen soundtrack?
Eso estaría nítido, sí. La música le da el toque final.
www.facebook.com/2bleene
www.instagram.com/2bleene
Foto de portada: Juanky Álvarez