La residencia de Alamo Square, diseñada y restaurada por Jensen Architects, fue galardonada con una Mención del Premio a la Preservación Histórica 2017 del Instituto Americano de Arquitectos, Capítulo de San Francisco (AIASF).
Esta residencia encarna la cultura contemporánea de San Francisco: moderna y, a su vez, enamorada con la rica historia de la ciudad. Localizada en Alamo Square Park, un parque de la ciudad construida en 1857 conocido por sus «Damas Pintadas», una hilera de casas victorianas captadas en muchas postales. La antigua dueña de la casa, Verte Venison, fue miembro fundador de la Asociación del Vecindario de Alamo Square, establecido en los años sesenta para conservar el parque y los edificios circundantes.
Los dueños presentes han vivido en este vecindario por años. Aunque aman la arquitectura histórica de Alamo Square, deseaban la flexibilidad y la apertura de las residencias contemporáneas. Este deseo informó una composición arquitectónica que integra dos identidades y provee la coexistencia de lo viejo y lo nuevo.

El reto de la restauración de la fachada original de 1889 fue la falta de documentación de los detalles históricos. El equipo utilizó la evidencia descubierta luego de remover la fachada no histórica, como vestigios de marcas y sombras del estilo Stick original. Estos remanentes físicos, algunas fotografías históricas y la ornamentación original existente sentó las bases para la colaboración con los artesanos hábiles en restauración histórica victoriana, lo que resulte en una reconstrucción fiel. Una vez finalizada, la fachada restaurada se pintó de plateado para dar una pista de la transformación en el interior.

Más allá del umbral de la puerta, la identidad original de la casa es legible en las proporciones alargadas de los espacios interiores. Una escalera escultural que se eleva a través de los cuatro niveles provee un punto focal dramático mientras permite entrar luz natural que alumbra la casa desde arriba.

La forma de la escalera, un volumen torcido, alterna revestimientos de madera sólidos con vacíos llenos de luz.

Los dormitorios, y las áreas de la cocina y la sala ocupan el segundo y el tercer nivel, respectivamente.

Un pequeño apartamento jardín se asienta en el primer piso.

Las escaleras culminan en el techo con una amplia vista que conecta con la ciudad histórica y la bahía.

Una paleta de colores tenue en los interiores de roble blanco desteñido, mármol y colores neutrales contrasta con la rica materialidad del roble ahumado de la escalera central, lo que alivia la forma escultural.


Elementos sutiles mas intrincados como la losa de la chimenea y los detalles de la cocina alude tímidamente a la fachada adornada.

Las pantallas deslizantes con acabado de aluminio componen la fachada posterior.

Los paneles motorizados a la medida cortados en láser proveen privacidad mientras permiten admirar las vistas exteriores.

Se controlan independientemente en cada nivel de acuerdo al ánimo de lo que sucede adentro.
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