Vivir la obra del artista Néstor Millán — sí, no hay otro modo de apreciarla que desde la más profunda experiencia — es adentrarse a la reveladora simbología de una tirada de tarot. La viveza de los colores es una llamada de atención para encaminarnos hacia aquello que subyace tras los tonos y las formas. Hay mucho — o todo — de sentido espiritual, de mística que se relaciona en extrema cercanía con el tiempo actual. De modo que en las piezas del pintor convergen el íntimo conocimiento de una sabiduría antiquísima junto a la aproximación hacia una metáfora que aún respira.

«Hay tanta magia en esto que hacemos», aseveró Millán durante entrevista con 90GRADOSº. Y, ciertamente, sus pinturas son el acto final — nunca último — de un ilusionista que juega sensiblemente con la fragmentación de los cuerpos. En esas divisiones corpóreas hay una mirada a los relatos ancestrales.

«(En esta exhibición) estoy abordando la abstracción y siento que estoy expulsando a la figura de mi obra», comentó acerca de Territorios Fragmentados, que presentó en septiembre junto a Margarita Marini Mir en Biaggi & Faure Fine Art. Así y aunque la narración corporal se vea escindida no deja de ser por eso la gran manifestación o acaso el enigma más hondo.

Inspirado de cierta manera en las figuras geométricas de Marini Mir, el creativo se mantiene comunicado con las tendencias para adaptar su paleta a las inclinaciones de cada época. «Los elementos del arte son abstractos y nosotros les otorgamos un sentido», expresó.

Como profesor en la Universidad de Puerto Rico en el Departamento de Bellas Artes hace tres décadas, Millán insiste en la necesidad de analizar la totalidad de lo que se ejecuta: las técnicas, los materiales, las formas, los conceptos. Reconocido fotógrafo durante las décadas de los años ochenta y principios de los noventa, el entrevistado reconoce su arte como un oficio que conlleva mucho esfuerzo tanto físico como mental y emocional.

«Todos podemos expresarnos visualmente y comunicar algo que quizás no tenga sentido y pueda ayudarnos de alguna manera», dijo al mencionar el arte y la sanación.

Claramente, en los lienzos de este artista plástico, cuya obra forma parte de colecciones nacionales e internacionales, hay un llamado a la memoria originaria que habita en cada uno de nosotros, aquella del principio de los tiempos. La convocatoria es a sumergirnos en la exploración de lo infinito.

«¡Qué poético ha sido el resultado de este junte artístico!», puntualizó sobre la colaboración con Marini Mir en Territorios Fragmentados.
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Renia Ferment colaboró en esta historia.